Hace unas semanas, del 11 al 13 de diciembre, algunos alumnos del instituto realizaron un viaje a Francia. Una actividad como esta no solo tiene como objetivo practicar, en un contexto real, la lengua estudiada, sino que sirve, sobre todo, para descubrir aspectos culturales que en clase resultan lejanos y para perder el miedo a enfrentarse a situaciones cotidianas en otro idioma (¿entenderé el precio?, ¿podré decirle en francés que quiero un vaso de agua?).
El primer día, tras un buen madrugón, muchas horas de autobús y mojados por la lluvia (que nos acompañó durante toda nuestra estancia), visitamos La Halle de la Machine (la lonja de las máquinas), una exposición de asombrosas atracciones de feria diseñadas por el artista François Delarozière y de su compañía La Machine. Un lugar lleno de magia que impresionó a todo el grupo (y no solamente a aquellos que descubrieron, escuchando al guía, que entendían más francés del que creían). ¿Lo más divertido? El minotauro gigante en el que pudimos dar una vuelta.
Tras este inicio, nos dirigimos al Marché de Noël, el mercadillo navideño tradicional que en estas fechas aparece en muchas ciudades europeas. Allí los alumnos pudieron disfrutar de algo de tiempo libre viendo los puestos y las luces.
El jueves 12, temprano y tras desayunar, fuimos al encuentro de nuestra fantástica guía. Con ella, dimos un paseo de dos horas por el casco histórico de Toulouse, descubrimos la historia de la ciudad y aprendimos unas cuantas palabras en francés (¿alguien no sabe aún decir “ladrillo”?).
Por la tarde, fue el turno de Carcasona, una ciudad medieval que hizo las delicias de los amantes de los juegos de estrategia (y resulta que en el grupo había unos cuantos). Gracias a los minuciosos detalles que nos dio la guía, a día de hoy tenemos entre nuestros alumnos a algunos expertos en técnicas defensivas medievales.
La mañana del último día la dedicamos a visitar La Cité de l’Espace, un parque temático dedicado a la conquista espacial. Además de ver un planetario y descubrir un montón de datos curiosos sobre la vida de los astronautas (especialmente interesante, para los alumnos de 1º y 2º de ESO, fue el tema de “¿cómo va un astronauta al baño?”), los alumnos pudieron visitar réplicas de la estación espacial Mir y de algunos cohetes.
¡Toda una experiencia!
